Founders Music Beer Fest, porque querer es poder

Founders Music Beer Fest, porque querer es poder

Prefacio

Claro que sí, querer es poder, y además, acorde al refrán «con buena p***a bien se j**e» todo cuadra, y funciona a las mil maravillas (¿o no?). Quiero decir que me lo he pasado estupendamente este viernes día 1 de junio y espero que se repita el año que viene (que hay que dar un descanso al bolsillo). La verdad es que el Founders Music Beer Fest ha sido de lo mejorcito que ha pasado por la capital cervecísticamente hablando. Los frikis, beergeeks y demás calaña cervecera llevábamos esperando con no poca ilusión este evento y, personalmente, creo que ha merecido la pena. A nivel cliente, claro, porque no sé si la organización habrá ganado algo más que renombre… quieras que no, es un marketing directo y muy efectivo!

Al lío

Yo era un flaco bendito por groupies juguetonas… así se describía Sabina en su trabajo presentado en 2017. Pues eso, que allí estábamos los cuatro gatos de siempre como buenas groupies en la puerta del Patio de Conde Duque, más de media hora antes de la apertura de puertas, pero es que desde la organización habían sido muy optimistas y planeaban un aluvión de gente. Tanto que parecía que iba a ser peor entrar allí que conseguir primera fila en un concierto de los Rolling, aunque estaba claro que ahí fallaba algo, y por supuesto no fue así…

Esperamos hasta las 12 y entramos al recinto ordenadamente. Todo muy bien organizado, era hora de hacer la vuelta de reconocimiento y comprar los tokens. Como todavía no sabía lo que vendría después, decidí empezar por algo de baja graduación, y así fue el primer contacto con los chicos de Proof Brewing. Desde ese momento recomendé esa Pomegranate Passion Fruit Evil Kiss Berliner Weisse, luego pasaría a ser de las mejores cervezas que probé, pero eso no lo sabía… Bueno, luego llegó Finback, Triple Crossing, 3 Floyds, y pasaban las horas pero los barriles eran los mismos que al principio así que dimos otra vuelta de reconocimiento y escuchamos recomendaciones, todo correcto.

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Llegó la hora de la comida y nos acercamos a los foodtrucks, en mi caso cayeron unos Nachos con queso de Gastronomía Gamberra, y un Bao de Panceta y unas Bravas del Opalo Gastro’foodtruck’. Eché en falta una oferta gastronómica más amplia, he de decir, pero todo lo que comimos estaba muy rico, y por lo que fui escuchando, a todo el mundo gustaba, así que estupendo.

Los barriles seguían siendo los mismos e iba siendo hora de tomarse un postre en condiciones, así que a falta de negro, tocó una DIPA tan agresiva como su nombre: Navaja, de Half Acre. Y en poco tiempo apareció la primera Imperial Stout, cómo no, de Proof Brewing, Coffee Vanilla Royal Bloodline, genial. Poco después salió la Black Dolphin w/Coconut de Triple Crossing y un pelín más tarde, The Rusty Nail de Fremont Brewing. Un triplete de reverencia, la verdad, aunque medio festival estaba esperando el momento en que apareció el Señor Oscuro (Dark Lord)… Se formó una cola de aproximadamente 50 personas en menos de 2 minutos y, ¿sabes qué? Me gustaron más las tres anteriores.

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No recuerdo exactamente el orden de los acontecimientos, pero en esos momentos donde no se sabía muy bien qué beber llegó a mis oídos un «has probado las rusas? Lo están petando en San Petersburgo y verás…», así que a Zagovor que nos fuimos. Probamos una NEIPA colaboración con Garage (cosa de la que me enteré al día siguiente, porque si no por qué iban a escribir unos rusos el nombre de su birra en catalán, me quedé loco en ese momento…): El Secret Més Secret. Estaba incluso un pelín verde, pero bien. Y llegaron más cervezas y diversos episodios, como el de la música: me encantó la selección de temas de la FBC All Stars (Bowie, Queen, Tom Petty…), no hay queja.

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Finalmente se hizo de noche, llegó la hora del cierre, y tocó despedirse, espero que hasta pronto, porque ha sido, como decía, de lo mejorcito a lo que he asistido en festivales de cerveza, aunque el MASH estuvo genial también, pero claro, no lo tenía a 1km de casa. Enhorabuena a la organización, estaba todo muy bien montado: el espacio, los puestos, el escenario, los contenedores en frío para los barriles, los beersacks en los barriles pinchados, los grifos en cada puesto con su enfriador… Un gasto/inversión muy grande y creo que poco rentable a nivel empresa, pero para el consumidor ha sido genial. De los cerveceros que vinieron, la verdad es que muy majos todxs, y una atención estupenda en todo momento.

Cervezas destacadas

El premio de la Mejor Cervecera (en general y por alusiones) es para…

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Y el premio de Cervecera Revelación es para…

Zagovor

Peros…

  • La oferta gastronómica, que aunque lo que había estaba muy bien, no puede ser que pongan Baos en dos puestos distintos (que estaban muy ricos, ojo).
  • No puede ser que con tanta inversión en conservación, y todo lo que habían conseguido, las birras americanas se hubieran dejado el lúpulo al otro lado del Atlántico… solo había que ver las caras de los cerveceros cuando comprobaban el estado de sus cervezas lupuladas tras llegar a estar hasta 3 meses en Madrid (hablo de cervezas que es recomendable consumir entre 2 y 4 semanas máximo desde su envasado).
  • Poca rotación de barriles… En general, me parece que habían sido demasiado optimistas,  y desconozco las cifras finales, pero se podría haber seleccionado más variedad y un periodo de rotación menor
  • El vaso. Sí, porque era UN VASO. Un vaso de 20cl. Que tiene la ventaja de que es más robusto que un catavinos, pero esta opción es para mí la ideal, sobre todo si nos estamos moviendo en cantidades de 15 a 20cl. El shaker es lo peor que hay, pero en fin…

Creo que no me dejo nada en el tintero, y si es así, dímelo en los comentarios. Muchas gracias por haber leído hasta aquí y nos vemos pronto. ¡La semana que viene es el BeerMad!

¿Evento cervecero para cerveceros?

¿Evento cervecero para cerveceros?

Hace unos cuantos meses ya que escribía sobre este tema, y oye, al parecer no era el único que pensaba así. En Madrid nos merecíamos un festival para cerveceros o, más concretamente, para beer geeks, que ya se me dijo que no podía apropiarme del término «cervecero» para referirme solo a este (cada vez más grande) colectivo.

Escribo esta entrada a modo de enlace y también de preámbulo, entre el UFO Fest (sobre el que no me he pronunciado apenas, ya que, mal que me pese, no pude asistir, pero creo que no estuvo nada mal) y el Founders Madrid Beer & Music Fest, del que sí hablaré un poco más, pero no ahora, sino después de que se haya celebrado. Aun así, para los más rezagados del mundo cervecero, y para cualquiera que pueda estar interesado, explico un poco de que se trata este evento:

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Aquí tienes la página del evento en Facebook

1 y 2 de junio. Madrid. Patio de Conde Duque. Cerveceras internacionales de lo mejorcito, algunas que no hemos visto por España de forma ordinaria y otras que ni siquiera hemos llegado a ver. Parece un regalo para los que nos va esto de la mandanga cervecera… Yo tengo claro que no me lo voy a perder. Voy a poner algunas de estas breweries a continuación por si se te hace la boca agua…

Nos vemos el día 1! Salud!

Nuestro amigo el frío

Nuestro amigo el frío

Hoy me apetece hablar de un tema muy interesante y al que quizá se resta mucha más importancia de la que debería. Mira, ven, pasa, que te lo presento, se llama Frío, pero… Vosotros ya os conocíais de antes, ¿no? Va, ¿a que no te lo esperabas encontrar por aquí? Pues es muy majo, la verdad…

Te voy a contar una historia muy interesante que he leído por ahí, y mira tú por dónde, nuestro amigo Frío aparece también en ella:

Corría el verano de 1805 cuando Frederic Tudor, seguramente recordando una fría mañana de Nueva Inglaterra (sí, de aquí es de donde salieron las NEIPAs, pero ya hablaré de ellas más adelante), pensó: «¿Y si todo este hielo que tenemos aquí lo vendiéramos en el Caribe? Desde luego sería una solución para aquellos que pretendan conservar y enfríar las bebidas en estos países tan cálidos.»

Fue una gran inversión la requerida, mucho esfuerzo, y prácticamente dos décadas lo que se tardó en llevar a cabo aquella descabellada idea. Pero una cosa estaba clara, The Tudor Ice Company, y otras empresas como la suya habían logrado convencer al mundo que el agua congelada era una necesidad.

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Inicios de la industria del hielo en Estados Unidos

Sin embargo, ya había sido mucho antes cuando los maestros cerveceros del mundo habían entendido la importancia del control de la temperatura en sus elaboraciones. La cerveza es un producto muy delicado, y por eso tiende a ganar cuanto más cerca de la fábrica se consuma. Y volviendo a nuestro amigo el frío, quién no ha escuchado nunca aquello de «tráeme una cerveza, pero muy fría, por favor». Bueno, la temperatura de consumo varía mucho según el estilo, como ya he dicho otras veces, pero no creo que vaya a escuchar nunca «tráeme una cerveza caliente, y cuando digo caliente es caliente, no del tiempo». Pero está claro que la relación frío y cerveza sigue siendo muy estrecha actualmente.

Desgraciadamente, no todas las buenas cervezas del mundo se encuentran cerca de nuestros lugares de residencia, y menos hoy, cuando los beer geeks pretendemos beber productos de Estados Unidos, Inglaterra o del Norte de Europa, por ejemplo, y queremos que estén lo más frescos posible. Así, la única posibilidad que les queda a los fabricantes si quieren que sus elaboraciones lleguen en buen estado lejos de su lugar de producción, es trabajar en la conservación. Y una solución muy adecuada y adaptada es optar por el transporte en frío, igual que señaló Tudor en su día.

Pero, ¿cómo está el tema ahora mismo en nuestro país? Yo diría que progresando, poco a poco, pero progresando. Quiero suponer por los datos que me han llegado, que la mayoría de transportes hasta aquí (aunque sé que hay algunos que no) de cervezas importadas son refrigerados. Y que, a su vez, los almacenes de estos importadores también tienen cámaras refrigeradoras, pero ¿qué pasa después? Sí, muchos distribuidores tienen también almacenaje frío, pero me gustaría saber cuántos reparten en vehículos con refrigeración. Aunque, creo que hay otra cuestión mucho más importante que esta: ¿cuántas tiendas especializadas tienen todos sus productos refrigerados? La respuesta es que muy pocas o casi ninguna. Y esto no es más que una crítica objetiva, que nadie se me enfade, por favor, todo llegará y sé que de momento es muy difícil y, sobre todo, caro.

Llevamos acostumbrados a comprar los packs de cerveza directamente del lineal del súper a temperaturas de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano toda la vida, y no nos ha parecido extraño. Pero aquí quiero matizar, ¿qué cervezas se venden mayormente en los supermercados? Seguro que sabes la respuesta, y te diré que al igual que la leche, producto que viene bastante a cuento ahora mismo, están pasteurizados. La leche fresca, sin embargo, la encuentras en la nevera, junto con los yogures, ¿verdad? Y, ¿a que sabe diferente? Está bien, es una comparación un poco bruta, porque la cerveza lleva alcohol, y lúpulo, que ayudan a su conservación, pero quería introducir lo que explicaré ahora.

No obstante, en tiempos invernales la cerveza no sufre tanto como en verano. Salvo que la calefacción esté a más de 20ºC. Temperatura que, por cierto, no es para nada adecuada en términos de conservación o guarda de la cerveza, pero que es mucho mejor que la que pueden llagar a alcanzar algunas botellas en verano, sobre todo en las ciudades cálidas como Madrid. Pero, a lo que vamos, ¿estoy exagerando? Sabemos que es importante la temperatura de conservación y todo eso, pero, ¿hasta qué punto afecta a la hora del consumo? Jim Koch, fundador de Boston Beer Company, decía lo siguiente:

«Aproximadamente, la velocidad de degradación del sabor se dobla cada 10ºC de aumento en la temperatura. Estamos seriamente preocupados con la frescura porque afecta mucho al sabor de nuestra cerveza. La diferencia entre beberte una Boston Lager de dos o incluso tres semanas y una que tenga cinco meses o más es extremadamente grande. Si el consumidor no tiene sensación de frescura y calidad, puede que no repita.»

Poco a poco nos estamos dando cuenta que la temperatura afecta mucho más de lo que pensábamos en la conservación de la cerveza, por eso cada vez son más tiendas y bares que optan por soluciones de refrigeración. Bien cámaras frigoríficas para los barriles, camisas térmicas como la reciente Beer Sack, en los bares; o bien neveras de varias puertas, en el caso de las tiendas. En EEUU tienen una cultura cervecera muy diferente de la nuestra y allí estas soluciones están mucho más extendidas.

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Nevera de múltiples puertas repleta de cerveza en Phoenix

En España llevamos poco tiempo en este mundo y de momento, la mayoría de consumidores no demanda esto como una primera necesidad a la hora de comprar cerveza. Como todo, no son opciones baratas, sobre todo la de las neveras en tiendas especializadas, pero ya lo decía antes: en las ciudades donde más peso tiene la craft beer, como Madrid o Barcelona, prácticamente la totalidad de distribuidores tiene almacenamiento en frío, algunos también transporte. Marcas como Nomada y Founders (Grupo MSM), ofrecen (y exigen) neveras para almacenar y vender la totalidad de su producto, que ellos mismos distribuyen, y me consta que en Barcelona, la triada EDGEGarageEspiga, también ofrece neveras a sus clientes comerciales para la venta de sus cervezas. Esto es un paso, pero al final no quedará más remedio que poco a poco las tiendas vayan adaptándose, y cuando el cliente se dé cuenta, pasará como con la idea de Tudor, se convertirá en una necesidad.

Un poco aparte de lo anterior, me gustaría puntualizar que hay estilos de cerveza que envejecen mejor que otros, y que incluso muchos de los que nos dedicamos a probar referencias muy a menudo (por no llamarme friki, que lo soy y no tengo problema en decirlo), añejamos un tiempo para disfrutar de la complejidad que pudieran ganar. Hablo de estilos de alta graduación, sobre todo belgas e Imperial Stouts, aunque también pueden ganar las lambics. Creo que no me equivoco mucho si digo que el rango de temperatura para guarda, según la velocidad de evolución que se quiera obtener, y supongo que también de los estilos, debe rondar entre los 10 y 16ºC, y se han de mantener preferiblemente en la oscuridad. No quiero hablar de la luz aquí porque se me va y no acabamos hoy, pero también influye, y no poco…

No sé si ves por donde voy con todo esto, pero al igual que no añejarías una IPA o una Pils, ya que son estilos que cuanto más frescos se consuman mejor, y no ganarán sino que perderán con el tiempo, someter cervezas de este tipo a temperaturas que superen los 10ºC no es más que acelerar ese indeseado envejecimiento. Pero hay un plus a todo lo que he contado si hablamos del estilo de moda de este año, las New England IPAs o NEIPAs, ideadas en esta región de los EEUU en fábricas como The Alchemist o Tree House Brewing. Por experiencia propia y por diversas indagaciones en el mundo cervecero de Madrid, este estilo (no reconocido ni por BJCP ni por la Brewers Association, todo sea dicho) tiene una vida mucho más corta que su progenitora, la clásica West Coast IPA. Tanto es así que en un mes puede haber perdido prácticamente su esencia. Muy posiblemente va a seguir estando buena, pero no tendrá nada que ver con cuando salió de fábrica, o cuando tenía entre una y dos semanas, tiempo que creo que es el justo y necesario para su consumo. Es evidente la rápida evolución de este tipo de cervezas, y no me voy a meter en el berenjenal de decir si esto es bueno, es malo, o es como el yogulado de Los Simpson. Lo que sí voy a decir que nuestro amigo Frío se lleva muy bien con ellas, así que como los separes se pueden enfadar mucho, y tú llevas las de perder.

Como habrás visto, este es un tema que da para mucho. Podría haberlo resumido, o haberme extendido mucho más, pero creo que he hecho bien quedándome con el término medio. Con esto me despido hasta la próxima entrada, que espero que sea pronto ahora que tengo algo de tiempo.

CHEERS!

 

 

Año nuevo, lo mismo de siempre (o a lo mejor no)

Año nuevo, lo mismo de siempre (o a lo mejor no)

Hace un año aproximadamente, decidí montar todo este tinglado para compartir mis opiniones y pensamientos. Estoy orgulloso de ello y son muchas las cosas que han ocurrido desde entonces. No las voy a enumerar porque te aburriría, pero lo que sí me queda claro es que quiero continuar, mientras pueda, difundiendo y aprendiendo sobre cultura cervecera.

Las felicitaciones navideñas no me gustan demasiado, las veo muy recargantes y, en muchas ocasiones, falsas. Por eso no he publicado nada en las redes estos días señalados, como cabría esperar… me ha parecido más conveniente hacerlo ahora, que el blog está de aniversario. Aunque claro, el primero nunca es como los demás.

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Este 2018 quién sabe lo que nos deparará, pero lo que sí sé es que seguiré compartiendo contigo curiosidades cerveceras, reseñas y crónicas de eventos (en la medida de lo posible). Y poco más tengo que añadir, solo desearte un feliz año, cargado de salud ante todo, buena cerveza y luego ya amor, dinero y todas esas cosas que se suelen decir (¿ves como no se me da bien esto?)

 

¡Nos vemos por los bares!

Dando la lata

Dando la lata

He de confesar que no es la primera vez que escribo sobre esto, y probablemente no será la última. Es un tema candente, en evolución, y del que estoy seguro queda mucho que discutir. El uso de la lata como envase para el consumo de cerveza es una realidad, y como toda «novedad», tiene a sus fans y a sus haters.

Me encanta estar cerca del consumidor final de cerveza craft (y serlo yo mismo, obviamente) porque estoy viendo cómo crece el sector cada vez más rápido. Hace unos años, cuando en España se hablaba de cerveza artesana, el público general lo relacionaba con un par de locos haciendo experimentos en un garaje. Hoy ya casi nadie lo piensa… También sea dicho que, como ya he comentado en otras ocasiones, el término «artesanal» o «artesano» referido a la cerveza, no me acaba de convencer, pero esto es otro debate, y solo pretendía situarte un poco en contexto.

A raíz de la cercanía a este público final (generalista y especializado) veo cómo nos planteamos las diferentes cosas unos y otros, y desde luego, da para escribir varios libros. El que está acostumbrado a una lata de cerveza industrial, no asociará nunca, de primeras, este envase a calidad, pues en el lineal del supermercado encuentra este formato mucho más barato que el vidrio. Y el que bebe only craft, ha descubierto en la lata una pequeña revolución.

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Latas en Be Hoppy, Madrid

Dejando de lado el hype que se está viviendo en Estados Unidos con los can releases de marcas como Monkish o Trillium, que son comparables al estreno de un nuevo producto de «los de la manzana mordida», en el país americano ya llevan mucho tiempo empleando este envase. En realidad, son muchas más ventajas las que aporta que inconvenientes. Pero el escepticismo respecto al uso de este envase también existía en EEUU cuando Oskar Blues (de las breweries más grandes del país) empezó a usarlo en 2002. Desde entonces, el enlatado ha ido ganando aceptación, y se han demostrado las virtudes del formato metálico.

A continuación voy a  citar las ventajas de las que hablaba antes, y que Bart Watson, Chief Economist de la Brewers Association, explicó en un artículo allá por 2015:

Comodidad

Por todo el mundo es sabido que una lata pesa menos que una botella de vidrio de la misma capacidad, también que ocupa menos, luego esto significa facilidad y ahorro en el transporte. En un sector con márgenes tan ajustados, esto es una gran noticia para toda la cadena, desde la fábrica hasta el consumidor final. Claro que, esto no es nuevo, y de hecho es por esta razón por la que la Mahou de lata está más barata en el súper, así que esta primera ventaja va a haber que contrastarla. Además también nos ahorra tiempo y dinero en casa, ya que podemos enfriar mucho antes nuestra cerveza, o llevárnosla de camping sin cargar con kilos inútiles de vidrio.

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Almacén con latas apiladas

Frescura

Aquí empieza lo bueno, y una de las verdaderas razones por la que el consumidor final especializado prefiere este envase. Si llevas en el mundillo un tiempo, habrás escuchado en multitud de ocasiones muchas cosas acerca de lo importante que es que algunos estilos se consuman frescos, y que cuando se le pone un año de fecha de consumo preferente a estos estilos no es por otra cosa que por motivos económicos (Best before… que se ponga malo, per favore). Pues bien, el Oxígeno y la exposición a la luz son dos de los peores enemigos de una cerveza; y no es complicado observar que en una lata, el líquido se conserva completamente aislado de estos elementos, cosa que en una botella no ocurre. Por otro lado, esto ayuda a que las birras que nos llegan desde el otro lado del atlántico estén más frescas cuando aterrizan en nuestras tiendas, y oye, se agradece.

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North of London Beer Blog, latas de Magic Rock

Sostenibilidad

Situación utópica: Las latas pesan menos, se consumen menos recursos para su transporte, son 100% reciclables, la huella biológica que dejan es menor, su reciclaje es más sostenible que el del vidrio, en un plazo de 60 días una lata podría volver a estar en una estantería de tu tienda habitual.

Acabo de describir lo que nos venden, y lo que si el mundo funcionara como es debido ocurriría, pero esto es muy difícil de creer, y desafortunadamente no ocurre. No tengo ni que salir de casa para ver cómo se reciclan los envases (que no son ni cartón ni vidrio, que esto también tiene tela) en España. Tenemos la mente demasiado obtusa, y esto es algo muy sencillo que nos deberían enseñar desde niños. El tema del reciclaje en nuestro país, yo es algo que a día de hoy no entiendo, ni creo que nunca consiga entenderlo. Otros países van mucho más avanzados en este aspecto y sí se podría acercar el resultado a la situación utópica, gracias por respetar el Medio Ambiente, de corazón.

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Bloques de latas de aluminio compactadas

Las latas de hoy no son las de hace 10 años

Al hilo de la evolución tecnológica, se han ido desarrollando nuevos materiales de fabricación para las latas de bebidas. Hace unos años se empleaba la hojalata o el latón para envasar desde cerveza a cocacola, hoy este material está obsoleto. El aluminio es el protagonista en las latas que se fabrican en este momento. Pero entonces, ¿por qué me sigue sabiendo metálica la Estrella Galicia de lata? Muy sencillo, ¿quieres que hablemos de dinero? A día de hoy se emplean resinas especializadas en el interior de los envases para aislar el metal del líquido, pero claro, no es lo mismo la cerámica de Talavera que la que compras en un bazar oriental. Y si le sumas que te estás bebiendo la cerveza a morro, pues es normal que si tocas el metal con la lengua, la birra te sepa a metal.

La industria del enlatado

Ha crecido en los últimos años, y mucho. Cada vez son más cerveceras las que se pasan a este nuevo formato. En nuestro país ya son bastantes fábricas las que optan por este envase, siendo único o compartido con la botella: Arriaca, Garage, Tibidabo (aunque no se sabe qué pasará con ellos), In Peccatum, SOMA… y los que están por llegar. Esta semana hablaba con el jefe de ventas para España de EDGE Brewing, y le planteaba la pregunta: «No descartamos que en un futuro vayamos a enlatar, pero de momento no tenemos pensado hacerlo, nos funcionan muy bien las botellas». Jofre Pruna me explicaba también que muchas de estas cerveceras que he mencionado más arriba han tenido grandes problemas al principio, ya que no tiene sentido emplear un equipo de fabricación isobárico si luego al enlatar, lo haces en atmosférico. Básicamente, que hasta que se puedan permitir (por espacio y por dinero) una enlatadora isobárica, no se plantean el proyecto. Este tema es muy interesante, y no descarto dedicarle una entrada más adelante.

El consumidor

Diferentes formatos, muy personalizables, empresas que dicen que la abertura acentúa ciertos aromas (aquí sí que me mantengo escéptico). A quién vamos a engañar, están de moda, son bonitas y  muy coleccionables, no hace mucho que estando yo tranquilamente en una tienda, un cliente se llevó dos bolsas llenas de latas vacías, no creo que con botellas lo hubiese hecho… Lo que hablaba al principio, es el hype, y ya no solo en la venta limitada en fábrica que hacen en USA. En el sector cervecero, por los motivos que describo y por acción directa del marketing, la lata se ha convertido en EL FORMATO, sobre todo para los estilos lupulados, aunque no es nada raro encontrarse una Russian Imperial Stout, si no que le pregunten a Alesmith o a los propios Oskar Blues, que se han atrevido hasta con una Barrel Aged. Pero bueno, esto es nuevo y habrá que ver todavía como les afecta el paso del tiempo.

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Con esto acabo, y me gustaría que me plantearais en los comentarios vuestra opinión al respecto. Yo de momento me quedo con la lata para APAs e IPAs, para el resto me sigue convenciendo más la botella.

Cheers!

 

Ruta cervecera por Chamberí

Ruta cervecera por Chamberí

Aunque diversos compañeros hayan publicado en sus respectivos blogs entradas similares, y aunque me estaba resistiendo a hacerlo por repetición de contenido, creo que el barrio de Arapiles, distrito Chamberí (Madrid) merece su mención en este blog. Puede ser que porque sea mi barrio, o porque concentra una mayor densidad de locales, pero allá que voy:

Mercado de Vallehermoso (c/Vallehermoso, 36)

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Metro Quevedo, Línea 2 (Roja) – alternativa Metro San Bernardo, Líneas 2 y 4 (Marrón)-

No es la primera vez que se habla de este mercado en este blog, y ahora más que nunca, creo que es justo y necesario. El Mercado de Vallehermoso es una de las plazas de abastos del distrito Arapiles, construido a principios del siglo XX, con un estilo modernista poco recargado, pero que últimamente, y siguiendo la moda de otros mercados, se ha venido convirtiendo en un lugar más enfocado a la restauración y al ocio, que a la compra de materias primas de primeras calidades. En concreto, voy a hablar de los locales que sirven cervezas especiales que yo recomendaría:

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  • Bodega Drakkar, al fondo a la derecha, y enfrente de uno de los restaurantes asiáticos-fusión que más me gustan de Madrid (Kitchen 154). Tienen 8 grifos de craft beer muy variados y espléndidamente seleccionados, y uno de sidra, además de alguna que otra novedad en botella y lata. Un factor adicional que tienen, es que los barriles están refrigerados en cámara, cosa que no muchos locales pueden decir en Madrid. Sus propietarios son encantadores y te recomendarán en lo que necesites.
  • Craft 19, dejando atrás y a tu derecha el Drakkar encontrarás este local, dividido en dos puestos, que no lleva abierto ni un año, pero que sorprende por la selección de cervezas craft para todos los públicos y alguna que otra «frikada» en sus 12 grifos. Además de birra, su fuerte son los pintxos «a lo neoyorquino» y sus sandwiches, que te harán poner ojitos y babear un poco, porque son de excelente calidad y pinta. La estrella es el de pastrami. De nuevo la atención es genial.
  • Prost Chamberí, al ladito (literalmente) del local anterior. Si he dejado el Prost para el final, es porque ya había hablado de el en otras ocasiones e incluso dedicado una entrada aquí. Aparte de lo dicho en la entrada propia, poco más, buena atención, buena birra on tap (5 grifos) y nevera, y buena carne a la parrilla.

Labirratorium (c/Vallehermoso, 34)

Metro Quevedo, Línea 2 (Roja) – alternativa Metro San Bernardo, Líneas 2 y 4 (Marrón)-

Tienda de craftbeer que se ha convertido, sin duda, en un referente nacional y, por supuesto de Madrid. ¿Qué más puedo decir de este local que no haya dicho ya en su entrada dedicada? Pues, ¡que se han mudado! Sí, justo enfrente del Mercado del que te venía hablando, a un local 4 veces más grande que el anterior. Ahora tienen, además de las fantástica selección cervecera nacional e internacional para compra, ¡6 grifos estupendos! Sin duda han dado un gran paso, les deseo la mejor de las suertes. Siempre me han hecho sentir como en casa. No te arrepentirás de la visita

The Beer Garden Saloon (c/Juan de Austria, 23)

Metro Iglesia, Línea 1 (Azul) – alternativa Metro Quevedo, Línea 2 –

Como quien dice, llevan poco (antes del verano) en este nuevo formato, y nueva ubicación, pero es uno de los locales con más encanto de Madrid. Tiene ese algo que te traslada de época, y es, en mi opinión, genial. Son 9 grifos de buena cerveza, refrigerados, y selección en botella si te quieres dar un homenaje. Guillermo, su dueño, te atenderá genial y te recomendará lo que necesites. Detrás tiene un comedor, que con tiempo puedes reservar para grupos, o si sois más de dos, podéis estar más tranquilos.

Taproom Madrid (c/Guzmán el Bueno, 52)

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Metro Islas Filipinas, Línea 7 (Naranja) – alternativa Metro Quevedo, Línea 2 / Metro Moncloa, Líneas 3, 4 y 6-

Ya llevan un par de años abiertos y han pasado de tener 20 a 40 grifos, una animalada en una ciudad como Madrid, pero no tanto en otras ciudades como Barcelona, Londres o, ¿por qué no mencionarla? San Francisco. No es de los locales que más frecuento, aunque la selección es bastante buena, pero la verdad es que los precios son escandalósamente bajos. Encontrarás la pinta americana (47 cl.) más barata de Madrid (de craftbeer, entiéndase). ¿Opciones de comida? El local anexo, Tierra Burritos, al que podrás llevar tu cerveza, o del que podrás traerte la comida. Yo lo recomiendo, sin duda.


A continuación te dejo un pequeño mapa con un par de locales más, por si quieres investigar. El Toast Tavern es un pequeño bar especializado en sandwiches y craft beer, y el Roll, es el taproom oficial de Founders en Madrid, así como un restaurante de comida americana, muy rico por cierto.

Echarás en falta la calle Cardenal Cisneros, pero esta da para otra ruta 😉

¿Feria o festival? En Madrid nos merecemos un evento cervecero para cerveceros

¿Feria o festival? En Madrid nos merecemos un evento cervecero para cerveceros

Al hilo de la controversia que ha causado esta segunda edición del BeerMad (la primera está reseñada aquí) me gustaría escribir unas líneas acerca de lo que ha sido y, quiero suponer, seguirá siendo esta feria o mercado de la cerveza artesana, que es como se autodenomina. (Reitero en que el término cerveza artesana no me gusta)

No obstante, no quiero hablar directamente del evento, que como se ha visto ha gozado de un flagrante éxito e incluso aforo completo en la tarde-noche del sábado. Ha sido muy parecido al anterior con, si cabe, más afluencia, pese a la alejada localización, y ha contado con la presencia de exquisitas queserías (me sigo relamiento). Solo quiero dar mi enhorabuena a los cerveceros, a la organización y a Rodrigo Pascual, porque aunque yo en un principio pensaba que se iban a comer un poco los mocos me han demostrado que estaba equivocado, y que su idea ha triunfado (también ha habido una campaña promocional mucho mayor que la vez anterior).

Sin embargo, como venía diciendo, esta no es una entrada sobre el BeerMad, sino sobre algo que muchos de los que ya estamos a menudo en casi todos los saraos que se organizan en Madrid, echamos de menos. En Barcelona y sus proximidades se hacen al año multitud de eventos enfocados a gente ya iniciada, sin ir más lejos, el BBF, un festival por el que la gente viaja a la ciudad condal; o el Mash, en el cual creo recordar que la proporción de españoles era menor de la mitad. Un festival que te haga levantarte de la silla porque vaya a haber allí cerveceras que no encuentras a diario en las tiendas, algo organizado por cerveceros para cerveceros y gente que está más metida en este pequeño gran mundo.

Organizar un evento en las condiciones que se organizó el Mash, por ejemplo, sé que es muy complicado, y requiere una gran inversión inicial. Esta es, posiblemente, una de las razones por la cual no sé ha pensado nada así para nuestra capital. He oído que hay mucha gente con grandes ideas por aquí y me gustaría ayudar en lo posible. Podemos conseguir algo muy grande, lo que está claro, al menos para mí, es que además de dinero, hay que cumplir ciertos requisitos: ser cervecero (o estar en el mundillo, léase  bar, distribución, fábrica, blog…), conocer a muchos cerveceros (de aquí y de fuera), y tener caché y poder de convocatoria (o hacer una campaña de marketing brutal, claro, que haría falta de todas formas).

Son pensamientos, que posiblemente comparta más gente de Madrid, a los que invito a que me cuenten sus ideas en los comentarios, o en privado. Pero creo que es importante para una ciudad como esta, tener un festival que sea referencia nacional e incluso internacional. ¿Utópico? Puede, pero soñar es gratis, ¿no?

¡Salud!

Thurbo Mango DIPA

En algún momento llegué a decir que no escribiría reseñas de cerveza a no ser que me sorprendieran… Pues bien, esta lo ha hecho, así que la voy a comentar:

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Se trata de una colaboración entre dos cerveceras suecas de altísima calidad y valoración en este momento: Brewski y Oppigårds. El panorama por el norte de Europa esta produciendo un género que es para hacerle una ovación, la verdad. El nombre, a mi parecer, proviene de mezclar también los dos nombres de recetas que ambas cerveceras tienen: Thurbo DIPA y Mangofeber DIPA. Supongo que la cerveza en concreto también viene del haber contrastado ambas recetas.

La presentación es un buen mix de ambas marcas: la típica etiqueta blanca de Brewski, con el mango y el termómetro de fondo, sumado al usual escudo en forma oval que Oppigårds usa para todas sus referencias.

El aroma es genial, desde la apertura de la botella hasta el final de la copa. Predominan las frutas tropicales, y el mango se identifica muy rápido. Da una buena pista de a qué va a saber.

El sabor es puro mango rodeado de otros matices tropicales, que acompañan a un cuerpo bastante generoso. Resulta muy cítrica en boca al comenzar el trago y finaliza también con un retrogusto muy agradable.

La carbonatación es media-baja, y sí, si no tuviera ese 8,5% de graduación podría parecer perfectamente un smoothie de mango, aunque he de decir que apenas se notan.

Me gusta mucho la sección de maridaje que enuncian los colegas de Cervezame, pero en este caso me la he tomado de merienda… Para próximas entregas mencionaré algo de comer también. No obstante, va muy bien con comidas asiaticas, picantes (no mucho) y algo especiadas.

Cuando la estoy publicando aquí es porque verdaderamente me ha gustado, así que la nota es un 4,5 sobre 5, un sobresaliente muy bien llevado, y una óptima mezcla de las dos recetas que ya había probado antes. La recomiendo sin lugar a dudas.

Skål!

El porqué de los vasos

El porqué de los vasos

Entradas atrás te contaba cositas de los vasos de cerveza, como el flagrante éxito del «Shaker» o pinta americana, también sobre la «genial idea» de servir la cerveza en jarras congeladas; pero no había profundizado en el uso correcto de la cristalería, como han hecho ya en varias web de difusión cervecera. Aun así, quería tenerlo documentado también aquí y, sobre todo, darle una vuelta de tuerca y una visión algo distinta.

A día de hoy existen multitud de tipos de vasos especialmente diseñados para beber el elixir al que llamamos cerveza: tenemos los vasos del súper o de los chinos, los que las marcas encargan especialmente y son caramelitos para los coleccionistas, y finalmente, los que, lleven logotipo o no, son ideales para la cerveza que estemos bebiendo. Pero claro, me dirás, ¿en qué te basas para decidir si son los adecuados o no? Pues fácil, igual que las cervezas que bebemos tienen diferentes cualidades, existen vasos que las potencian, o las echan a perder, simplemente eso. Luego, lo que hay que hacer es sencillamente elegir aquellos que te permitan apreciar esas cualidades, pero ¿cómo? Sin duda, lo primero es conocer un poco la cerveza que te vas a tomar. No hace falta que la hayas probado, solo que tengas una idea de por dónde va o simplemente de qué estilo se trata.

Como decía, son muchos vasos para ponerlos aquí, pero me voy a centrar en los que yo tendría en casa y que son adecuados para la mayoría de cervezas que más se suelen beber en la actualidad:

Vaso Pilsner, ejemplo (Spiegelau)

Pilsner

Para qué nos vamos a engañar, el estilo más consumido a nivel mundial es Pilsner, Pilsen, Pilsener (o cómo se diga en el idioma que quieran los productores). Es un estilo de baja fermentación o lager, son cervezas cuya temperatura de consumo es bastante baja, de una carbonatación media alta y de un color tirando a rubio clarito, pero esto último no es importante para la elección. En la foto podrás ver un ejemplo de vaso para este estilo, y como digo, no es un estándar, solo una opción. Lo que tienes que buscar para este estilo de cerveza es un vaso moderadamente estrecho y que favorezca la liberación del carbónico, eso sí, ten cuidado al servir con la espuma. Estas cervezas no suelen tener aromas muy lupulados y predominan los cereales, que no son muy volátiles, así que no hay que preocuparse por retenerlos. Existe también una variación un poco más ancha del vaso de la foto, que es el vaso para Lager, adecuado también para Ales inglesas, aunque estas últimas tienen su propio vaso en realidad, básicamente ancho y de gran capacidad.

Vaso Weizen, ejemplo (Spiegelau)

Weizen

Además de las típicas Lager, también se beben cantidades ingentes de cervezas de trigo. Las famosas Weissbier (Hefeweizen) o Dunkel Weissbier, rubias, las primeras y más oscuras las segundas. Son estilos en los que empiezan a predominar aromas, sobre todos los ésteres y fenoles que dan lugar al famoso plátano y el rebuscado clavo. De nuevo se trata de un vaso alto pero ligeramente cerrado en la parte superior. La altura se busca también por el tema de la carbonatación y el que se cierre ligeramente es para concentrar los aromas. Son vasos de grandes capacidades, adaptados para las capacidades estándar de 0,5L en las que vienen estas variedades alemanas. Vuelvo a comentar que la foto es de un vaso de ejemplo, porque seguro que ya tienes uno muy similar. Son tan fáciles de encontrar porque la mayoría de marcas conocidas los regalan con packs en las grandes superficies.

Cáliz (Xbrewx)

Cáliz

En los tiempos que corren de revolución del craft (y del lúpulo), los estilos trapenses belgas, tan codiciados hace unas décadas no están demasiado de moda, pero aun así, personalmente, y creo que no estoy solo, los sigo bebiendo de vez en cuando. Si no estás muy metido de lleno en este movimiento, posiblemente sigas comprando tus botellitas en las grandes superficies, porque la verdad, son muy fáciles de encontrar. Y, de hecho, es probable que hayas conseguido un vaso como el de la foto con algún pack. Se trata de una copa o cáliz de boca muy ancha, y tienen su porqué: estos estilos son muy aromáticos y si se concentraran todas las notas no se apreciaría ninguna, además también pecan de carbonatación y este tipo de vaso ayuda a crear una buena capa de espuma sin llegar a ser excesiva como ocurriría en un recipiente más estrecho. Mi consejo es para las Tripel, una copa un poco más estrecha, y para las Quadruppel, una más ancha.

Copa TEKU

Teku

Dejando atrás los vasos típicos, y que son muy fáciles de conseguir incluso con el logotipo de tu marca favorita, paso al invento en cristalería del siglo XXI, la copa TEKU. Es de lo más versátil (y útil, ojo) que te puedes encontrar en cristalería a día de hoy. Se trata de copas muy interesantes para hacer catas, ya que (sin servir hasta el borde como en la foto) permiten concentrar muchos aromas debido al efecto chimenea. Si no te puedes permitir una colección de vasos, creo que esta copa es condición suficiente. Ideal para estilos lupulados y aromáticos como IPAs e IIPAs, pero incluso también para estilos más oscuros como Porters y Stouts no demasiado fuertes, porque para ello existe otro vasito que les va como anillo al dedo. (Vale para todo, para las fuertes también, y aunque no es la más adecuada, no está para nada mal.)

Craft Master One o Spiegelau IPA

Estos dos vasos que te presento ahora (Craft Master One a la izq. y Spiegelau IPA a la dcha.) son un must have para todo hophead que se precie, vale que no son de lo más barato, pero es que están diseñados especialmente para beber IPAs. Estilo, que por otra parte, está triunfando de forma escandalosa a nivel mundial (explicaré el que yo creo el porqué en alguna entrada próximamente). Como iba diciendo, concentran los aromas de los lúpulos de una forma metódicamente estudiada y una vez que llegas a ellos ya no los puedes sacar de tu vida, digamos que SÍ se nota la diferencia, sobre todo si estás acostumbrado al Shaker o incluso al Nonic (pinta inglesa).

Copa Snifter, ejemplo (Stone Brew.)

Snifter

Anteriormente había comentado que existían vasos, o en este caso copas, especiales para los estilos más fuertes. Así es, para un buen petróleo un buen Snifter, no hay más, bueno sí, está el hijo pródigo entre la Tulip y el Snifter (como el de la foto) que a mí, personalmente, me gusta más. Las Imperial Stout son unas cervezas especialmente alcohólicas y con bastante cuerpo; a medida que se van calentando, los matices se incrementan y digamos, que esta copa favorece que los puedas percibir. Por su forma, ancha y redondeada en la base, y más estrecha en la boca, además de un tallo corto, hace muy bien el efecto chimenea. Por otro lado, al cogerla con la mano, envolviendo la base redonda hace que se adecue más rápidamente a la temperatura óptima de consumo, donde los aromas y los sabores se perciben completamente. Creo que si te gustan estos estilos oscuros, deberías hacerte con una, merece bastante la pena. Es posible también, emplear este tipo de copa para las Doble IPAs, pero ahí ya no recomiendo la misma forma de agarrarla.


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Copa Catavinos del MASH (CervexaIndie)

Catavinos

Me voy a contradecir un poco respecto a lo que venía contando al principio, porque esta copa no es ni mucho menos necesaria, pero está muy bien para compartir y es bastante versátil. Además si te gustan los olorosos o los vinos dulces te vendrá genial.

Vaso de Tilquin

Lambic

Por último, quiero aclarar que no he hablado hasta el final de vasos para cervezas tipo Lambic, ya que existen multitud de ellos y no hay un estándar, aunque lo normal sea emplear una copa tipo flauta (como las del cava) o un vaso como el de Gueuze Tilquin, pero en este último caso ya puedes ver que el de tipo pilsner que hablaba al principio es perfectamente equiparable. Las Gueuzes o las Kriek son cervezas bastante gaseosas y por ello volvemos a requerir vasos estrechos. Lo ideal es establecer una relación entre las características de la cerveza a beber y las del vaso, como decía al principio.


Hasta aquí lo que yo tendría en casa (obviando el paréntesis entre líneas, salvo que te encanten esos dos como a mí), y no hay mucho más que contar. Hablar sobre los vasos tipo merchandising que muchas marcas venden y son geniales para regalos, creo que no merece la pena, porque es que además, la mayoría no son nada prácticos. Mírese el ejemplo de Kwak. «No hay más preguntas, Señoría»

Vaso «mamotreto» de Kwak

Y dicho lo cual, me despido.

PRÖST!

MASH Beer Fest o el convidado de cristal

MASH Beer Fest o el convidado de cristal

Cuando hace ya hace meses salió anunciado este festival, celebrado hace unos días en Barcelona, ya pintaba bien, pero entonces yo todavía no tenía claro lo que me iba a encontrar: buenas referencias, sí, ¿pero y qué más? TODO más: ambiente increíble, sitio genial, cervezas sublimes. Mash Beer Fest ha sido en mi opinión el primero de muchos. Tuve el placer de asistir, sí, pagando la entrada (que no era barata, pero ya tal…) y con gusto.

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Organizado en varios ambientes ha sido, podría alegar, la mejor experiencia hasta ahora  bebiendo birra: el exterior, de Food trucks con cosas muy ricas para equilibrar un poco la concentración de etanol en sangre. Algunos ejemplos: comida peruana, mexicana, fish&chips, quesos del Fogg, etc.; los tres espacios interiores con múltiples puestos, aunque de apariencia igual (punto a favor), y diferentes estilos de música.

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Han faltado algunas marcas de las que iban a venir, por temas que desconozco, pero que tienen que ver con las aduanas, aunque las que han venido nos han recordado las buenas recetas que hacen: europeas, americanas… Hay cosas que llegan a España, otras que encontramos a menudo, y otras que no vemos ni en pintura, un detalle muy a tener en cuenta.

Y hablando de pintura, la decoración de la Nau Bostik, lugar del evento, una antigua fábrica de pegamento, era para quedarse sin palabras. Industrial, decadente, pero con estilo: graffitis con muy buen gusto.

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Han acertado con muchas cosas, y si de algo me puedo quejar es de la atención en las redes sociales. El contenido publicado ha sido de primera calidad, sin duda, pero a la hora de responder a los seguidores ha faltado precisión y rapidez. Una de los puntos a favor, aparte de todos los que ya he mencionado, ha sido el formato del «vaso» (en este caso copa) del festival: un catavinos de aproximadamente unos 20cl. hasta el borde, que permitía probar prácticamente todas las referencias sin desplomarse a la tercera. Porque cada cerveza no era cara por sí misma, al contrario, y además costaban todas lo mismo, pero entonces (viene la pregunta): ¿por qué pagar con dos tokens cada birra, en lugar de hacerlo con uno de doble valor? Ahí se queda…

Y con esto y un bizcocho… Nos vemos pronto, que ya empieza el nuevo curso y hay que volver a la rutina. Dejo unas cuantas fotos de todo un poco sobre el festival abajo.

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Salut! (Y gracias a todos los que me acompañaron estos días por BCN)