Prefacio
Claro que sí, querer es poder, y además, acorde al refrán «con buena p***a bien se j**e» todo cuadra, y funciona a las mil maravillas (¿o no?). Quiero decir que me lo he pasado estupendamente este viernes día 1 de junio y espero que se repita el año que viene (que hay que dar un descanso al bolsillo). La verdad es que el Founders Music Beer Fest ha sido de lo mejorcito que ha pasado por la capital cervecísticamente hablando. Los frikis, beergeeks y demás calaña cervecera llevábamos esperando con no poca ilusión este evento y, personalmente, creo que ha merecido la pena. A nivel cliente, claro, porque no sé si la organización habrá ganado algo más que renombre… quieras que no, es un marketing directo y muy efectivo!
Al lío
Yo era un flaco bendito por groupies juguetonas… así se describía Sabina en su trabajo presentado en 2017. Pues eso, que allí estábamos los cuatro gatos de siempre como buenas groupies en la puerta del Patio de Conde Duque, más de media hora antes de la apertura de puertas, pero es que desde la organización habían sido muy optimistas y planeaban un aluvión de gente. Tanto que parecía que iba a ser peor entrar allí que conseguir primera fila en un concierto de los Rolling, aunque estaba claro que ahí fallaba algo, y por supuesto no fue así…
Esperamos hasta las 12 y entramos al recinto ordenadamente. Todo muy bien organizado, era hora de hacer la vuelta de reconocimiento y comprar los tokens. Como todavía no sabía lo que vendría después, decidí empezar por algo de baja graduación, y así fue el primer contacto con los chicos de Proof Brewing. Desde ese momento recomendé esa Pomegranate Passion Fruit Evil Kiss Berliner Weisse, luego pasaría a ser de las mejores cervezas que probé, pero eso no lo sabía… Bueno, luego llegó Finback, Triple Crossing, 3 Floyds, y pasaban las horas pero los barriles eran los mismos que al principio así que dimos otra vuelta de reconocimiento y escuchamos recomendaciones, todo correcto.
Llegó la hora de la comida y nos acercamos a los foodtrucks, en mi caso cayeron unos Nachos con queso de Gastronomía Gamberra, y un Bao de Panceta y unas Bravas del Opalo Gastro’foodtruck’. Eché en falta una oferta gastronómica más amplia, he de decir, pero todo lo que comimos estaba muy rico, y por lo que fui escuchando, a todo el mundo gustaba, así que estupendo.
Los barriles seguían siendo los mismos e iba siendo hora de tomarse un postre en condiciones, así que a falta de negro, tocó una DIPA tan agresiva como su nombre: Navaja, de Half Acre. Y en poco tiempo apareció la primera Imperial Stout, cómo no, de Proof Brewing, Coffee Vanilla Royal Bloodline, genial. Poco después salió la Black Dolphin w/Coconut de Triple Crossing y un pelín más tarde, The Rusty Nail de Fremont Brewing. Un triplete de reverencia, la verdad, aunque medio festival estaba esperando el momento en que apareció el Señor Oscuro (Dark Lord)… Se formó una cola de aproximadamente 50 personas en menos de 2 minutos y, ¿sabes qué? Me gustaron más las tres anteriores.
No recuerdo exactamente el orden de los acontecimientos, pero en esos momentos donde no se sabía muy bien qué beber llegó a mis oídos un «has probado las rusas? Lo están petando en San Petersburgo y verás…», así que a Zagovor que nos fuimos. Probamos una NEIPA colaboración con Garage (cosa de la que me enteré al día siguiente, porque si no por qué iban a escribir unos rusos el nombre de su birra en catalán, me quedé loco en ese momento…): El Secret Més Secret. Estaba incluso un pelín verde, pero bien. Y llegaron más cervezas y diversos episodios, como el de la música: me encantó la selección de temas de la FBC All Stars (Bowie, Queen, Tom Petty…), no hay queja.
Finalmente se hizo de noche, llegó la hora del cierre, y tocó despedirse, espero que hasta pronto, porque ha sido, como decía, de lo mejorcito a lo que he asistido en festivales de cerveza, aunque el MASH estuvo genial también, pero claro, no lo tenía a 1km de casa. Enhorabuena a la organización, estaba todo muy bien montado: el espacio, los puestos, el escenario, los contenedores en frío para los barriles, los beersacks en los barriles pinchados, los grifos en cada puesto con su enfriador… Un gasto/inversión muy grande y creo que poco rentable a nivel empresa, pero para el consumidor ha sido genial. De los cerveceros que vinieron, la verdad es que muy majos todxs, y una atención estupenda en todo momento.
Cervezas destacadas
- The Rusty Nail x
@fremontbrewing - Black Dolphin w/coconut x
@TripleCrossing - Coffee Vanilla Royal Bloodline x
@ProofBrewingCo - Pomegranate Passion Fruit Evil Kiss x
@ProofBrewingCo - Smooth Beats Miami x
@finbackbrewery
El premio de la Mejor Cervecera (en general y por alusiones) es para…
Y el premio de Cervecera Revelación es para…
Peros…
- La oferta gastronómica, que aunque lo que había estaba muy bien, no puede ser que pongan Baos en dos puestos distintos (que estaban muy ricos, ojo).
- No puede ser que con tanta inversión en conservación, y todo lo que habían conseguido, las birras americanas se hubieran dejado el lúpulo al otro lado del Atlántico… solo había que ver las caras de los cerveceros cuando comprobaban el estado de sus cervezas lupuladas tras llegar a estar hasta 3 meses en Madrid (hablo de cervezas que es recomendable consumir entre 2 y 4 semanas máximo desde su envasado).
- Poca rotación de barriles… En general, me parece que habían sido demasiado optimistas, y desconozco las cifras finales, pero se podría haber seleccionado más variedad y un periodo de rotación menor
- El vaso. Sí, porque era UN VASO. Un vaso de 20cl. Que tiene la ventaja de que es más robusto que un catavinos, pero esta opción es para mí la ideal, sobre todo si nos estamos moviendo en cantidades de 15 a 20cl. El shaker es lo peor que hay, pero en fin…
Creo que no me dejo nada en el tintero, y si es así, dímelo en los comentarios. Muchas gracias por haber leído hasta aquí y nos vemos pronto. ¡La semana que viene es el BeerMad!