He de confesar que no es la primera vez que escribo sobre esto, y probablemente no será la última. Es un tema candente, en evolución, y del que estoy seguro queda mucho que discutir. El uso de la lata como envase para el consumo de cerveza es una realidad, y como toda «novedad», tiene a sus fans y a sus haters.

Me encanta estar cerca del consumidor final de cerveza craft (y serlo yo mismo, obviamente) porque estoy viendo cómo crece el sector cada vez más rápido. Hace unos años, cuando en España se hablaba de cerveza artesana, el público general lo relacionaba con un par de locos haciendo experimentos en un garaje. Hoy ya casi nadie lo piensa… También sea dicho que, como ya he comentado en otras ocasiones, el término «artesanal» o «artesano» referido a la cerveza, no me acaba de convencer, pero esto es otro debate, y solo pretendía situarte un poco en contexto.

A raíz de la cercanía a este público final (generalista y especializado) veo cómo nos planteamos las diferentes cosas unos y otros, y desde luego, da para escribir varios libros. El que está acostumbrado a una lata de cerveza industrial, no asociará nunca, de primeras, este envase a calidad, pues en el lineal del supermercado encuentra este formato mucho más barato que el vidrio. Y el que bebe only craft, ha descubierto en la lata una pequeña revolución.

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Latas en Be Hoppy, Madrid

Dejando de lado el hype que se está viviendo en Estados Unidos con los can releases de marcas como Monkish o Trillium, que son comparables al estreno de un nuevo producto de «los de la manzana mordida», en el país americano ya llevan mucho tiempo empleando este envase. En realidad, son muchas más ventajas las que aporta que inconvenientes. Pero el escepticismo respecto al uso de este envase también existía en EEUU cuando Oskar Blues (de las breweries más grandes del país) empezó a usarlo en 2002. Desde entonces, el enlatado ha ido ganando aceptación, y se han demostrado las virtudes del formato metálico.

A continuación voy a  citar las ventajas de las que hablaba antes, y que Bart Watson, Chief Economist de la Brewers Association, explicó en un artículo allá por 2015:

Comodidad

Por todo el mundo es sabido que una lata pesa menos que una botella de vidrio de la misma capacidad, también que ocupa menos, luego esto significa facilidad y ahorro en el transporte. En un sector con márgenes tan ajustados, esto es una gran noticia para toda la cadena, desde la fábrica hasta el consumidor final. Claro que, esto no es nuevo, y de hecho es por esta razón por la que la Mahou de lata está más barata en el súper, así que esta primera ventaja va a haber que contrastarla. Además también nos ahorra tiempo y dinero en casa, ya que podemos enfriar mucho antes nuestra cerveza, o llevárnosla de camping sin cargar con kilos inútiles de vidrio.

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Almacén con latas apiladas

Frescura

Aquí empieza lo bueno, y una de las verdaderas razones por la que el consumidor final especializado prefiere este envase. Si llevas en el mundillo un tiempo, habrás escuchado en multitud de ocasiones muchas cosas acerca de lo importante que es que algunos estilos se consuman frescos, y que cuando se le pone un año de fecha de consumo preferente a estos estilos no es por otra cosa que por motivos económicos (Best before… que se ponga malo, per favore). Pues bien, el Oxígeno y la exposición a la luz son dos de los peores enemigos de una cerveza; y no es complicado observar que en una lata, el líquido se conserva completamente aislado de estos elementos, cosa que en una botella no ocurre. Por otro lado, esto ayuda a que las birras que nos llegan desde el otro lado del atlántico estén más frescas cuando aterrizan en nuestras tiendas, y oye, se agradece.

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North of London Beer Blog, latas de Magic Rock

Sostenibilidad

Situación utópica: Las latas pesan menos, se consumen menos recursos para su transporte, son 100% reciclables, la huella biológica que dejan es menor, su reciclaje es más sostenible que el del vidrio, en un plazo de 60 días una lata podría volver a estar en una estantería de tu tienda habitual.

Acabo de describir lo que nos venden, y lo que si el mundo funcionara como es debido ocurriría, pero esto es muy difícil de creer, y desafortunadamente no ocurre. No tengo ni que salir de casa para ver cómo se reciclan los envases (que no son ni cartón ni vidrio, que esto también tiene tela) en España. Tenemos la mente demasiado obtusa, y esto es algo muy sencillo que nos deberían enseñar desde niños. El tema del reciclaje en nuestro país, yo es algo que a día de hoy no entiendo, ni creo que nunca consiga entenderlo. Otros países van mucho más avanzados en este aspecto y sí se podría acercar el resultado a la situación utópica, gracias por respetar el Medio Ambiente, de corazón.

Recycling warehouse, big distribution for aluminium cans, and general metals, on the edge of Phnom Penh
Bloques de latas de aluminio compactadas

Las latas de hoy no son las de hace 10 años

Al hilo de la evolución tecnológica, se han ido desarrollando nuevos materiales de fabricación para las latas de bebidas. Hace unos años se empleaba la hojalata o el latón para envasar desde cerveza a cocacola, hoy este material está obsoleto. El aluminio es el protagonista en las latas que se fabrican en este momento. Pero entonces, ¿por qué me sigue sabiendo metálica la Estrella Galicia de lata? Muy sencillo, ¿quieres que hablemos de dinero? A día de hoy se emplean resinas especializadas en el interior de los envases para aislar el metal del líquido, pero claro, no es lo mismo la cerámica de Talavera que la que compras en un bazar oriental. Y si le sumas que te estás bebiendo la cerveza a morro, pues es normal que si tocas el metal con la lengua, la birra te sepa a metal.

La industria del enlatado

Ha crecido en los últimos años, y mucho. Cada vez son más cerveceras las que se pasan a este nuevo formato. En nuestro país ya son bastantes fábricas las que optan por este envase, siendo único o compartido con la botella: Arriaca, Garage, Tibidabo (aunque no se sabe qué pasará con ellos), In Peccatum, SOMA… y los que están por llegar. Esta semana hablaba con el jefe de ventas para España de EDGE Brewing, y le planteaba la pregunta: «No descartamos que en un futuro vayamos a enlatar, pero de momento no tenemos pensado hacerlo, nos funcionan muy bien las botellas». Jofre Pruna me explicaba también que muchas de estas cerveceras que he mencionado más arriba han tenido grandes problemas al principio, ya que no tiene sentido emplear un equipo de fabricación isobárico si luego al enlatar, lo haces en atmosférico. Básicamente, que hasta que se puedan permitir (por espacio y por dinero) una enlatadora isobárica, no se plantean el proyecto. Este tema es muy interesante, y no descarto dedicarle una entrada más adelante.

El consumidor

Diferentes formatos, muy personalizables, empresas que dicen que la abertura acentúa ciertos aromas (aquí sí que me mantengo escéptico). A quién vamos a engañar, están de moda, son bonitas y  muy coleccionables, no hace mucho que estando yo tranquilamente en una tienda, un cliente se llevó dos bolsas llenas de latas vacías, no creo que con botellas lo hubiese hecho… Lo que hablaba al principio, es el hype, y ya no solo en la venta limitada en fábrica que hacen en USA. En el sector cervecero, por los motivos que describo y por acción directa del marketing, la lata se ha convertido en EL FORMATO, sobre todo para los estilos lupulados, aunque no es nada raro encontrarse una Russian Imperial Stout, si no que le pregunten a Alesmith o a los propios Oskar Blues, que se han atrevido hasta con una Barrel Aged. Pero bueno, esto es nuevo y habrá que ver todavía como les afecta el paso del tiempo.

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Con esto acabo, y me gustaría que me plantearais en los comentarios vuestra opinión al respecto. Yo de momento me quedo con la lata para APAs e IPAs, para el resto me sigue convenciendo más la botella.

Cheers!

 

4 comentarios en “Dando la lata

  1. Es cierto que, supuestamente, a la cerveza de «consumo fresco» le favorece el enlatado frente a la botella, pero también es cierto que no todas las enlatadoras son iguales y que no todo el mundo enlata en condiciones ideales. Yo ante igualdad de condiciones (controladas, isobárico, etc.), prefiero la lata porque me entran bien en vertical en la nevera (no así las botellas), se reciclan de forma cómoda ocupando menos espacio, se conservan mejor, etc. Pero sino… dame una botella llenada en condiciones, que sé que no se va a oxidar en un visto y no visto…

    Por cierto, eso de que son bastantes fábricas las que usan latas en España, creo que más bien son unas pocas, no hay más que ver el listado de cerveceras y sin hacer cálculos, me atrevería a decir que lo mismo no llega ni al 10% de todas las «micro» que hay en nuestro país 🙂

    Un saludo

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